Con los tulipanes, la recomendación general es siempre conservar el bulbo plantado durante todo el año para que su floración sea después lo más espectacular posible. Sin embargo, puede ocurrir que hayamos adquirido los bulbos demasiado pronto o que el clima sea demasiado frío, por lo que se haga necesario guardarlos fuera de la tierra del exterior.

La época ideal para plantar los bulbos de tulipán es en otoño. Asimismo, los bulbos no toleran temperaturas por debajo de los -10 ºC en el suelo, así que, si los hemos adquirido en primavera o vivimos en una zona con inviernos muy fríos, tendremos que guardar los bulbos hasta una época más óptima para ellos.

También es posible que tengamos que extraer nuestros bulbos plantados para ponerlos a cubierto de las semanas más frías del invierno. En cualquier caso, si te preguntas cómo conservar los bulbos de tulipanes de forma adecuada, sigue estos pasos:

1. Corta los tallos: usa unas tijeras de poda debidamente esterilizadas para cortar los bulbos de los tulipanes plantados cuando sus flores ya hayan muerto. Haciéndolo así evitamos que la planta malgaste energías en mantener partes que morirían pronto de todas formas. Haz el corte tan cerca del suelo como puedas, pero corta solo el tallo, no las hojas.
2. Espera a que las hojas se sequen y amarilleen: esto tarda unas seis semanas aproximadas en ocurrir, tiempo durante el cual el bulbo habrá almacenado energía del sol gracias a sus hojas. En este tiempo, reduce el riego de los tulipanes para evitar problemas de pudrición. Usa una pala para soltar la tierra alrededor del bulbo y finalmente extraelo con cuidado.
3. Extrae las raíces y hojas: a estas alturas, deberían salir fácilmente con la misma mano, sin que necesites recurrir a las tijeras. Aún así, si no se desprenden usa una herramienta de poda esterilizada, la misma con la que deberás cortar lo que quede del tallo tan cerca como puedas de la base del bulbo, pero sin dañarlo.
4. Limpia los bulbos: retira con mucho cuidado con papel de cocina cualquier resto de tierra, polvo, suciedad o cualquier otra cosa.
5. Busca bulbos en malas condiciones: un bulbo de tulipán debe ser duro y liso. Si ves zonas blandas o de color marrón oscuro, esto indicará problemas de pudrición. Ante esto, puedes descartar directamente el bulbo o intentar limpiar la zona afectada con el propio papel absorbente. Puedes llegar incluso a podar la parte afectada si no es muy grande.
6. Guarda los bulbos en un lugar fresco y seco durante unas 48 horas: no debe darles el sol ni debe haber humedad en el ambiente, cualquiera de las dos cosas puede provocar pudrición.
7. Envuelve cada bulbo en papel de periódico: hazlo por separado y elige dónde guardarlo. Puedes colgarlos en una típica redecilla de cebollas o patatas en una habitación fresca y oscura como un garaje, en un armario o, si tu clima es muy caluroso, en la nevera. No obstante, tienes que estar atento a las recomendaciones de más abajo si eliges esta última opción.

Revisa el estado de tus bulbos regularmente y si están muy arrugados o secos, entonces pulveriza algo de agua sobre ellos para que mantengan unos niveles mínimos de humedad y no mueran. En otoño, pero antes de que llegue la primera helada, podrás plantarlos de nuevo.

Conservar los bulbos de tulipanes: peligros y errores comunes